Neurotoxicidad central y pérdida de la memoria, y cuál es su relación con la quimioterapia

   

Descripción: El sistema nervioso del cuerpo se divide en dos sistemas: el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico. A su vez, el sistema nervioso central también está dividido en dos partes principales: el cerebro y la médula espinal. Las distintas partes del cerebro controlan funciones diferentes. Los tratamientos para el cáncer, incluyendo la quimioterapia, pueden tener determinados efectos sobre estas áreas del cerebro como, por ejemplo, dificultad en la capacidad cognitiva, convulsiones provocadas por la quimioterapia y pérdida de la memoria.

  • La corteza cerebral es el manto de tejido que conforma la capa externa del cerebro. Esta área del cerebro es responsable del pensamiento, los movimientos voluntarios, el lenguaje, el razonamiento y la percepción. 
  • El cerebelo está ubicado detrás del tronco encefálico y controla las funciones del movimiento, el equilibrio y la postura.
  • Tronco encefálico es un término general para el área del cerebro entre el tálamo y la médula espinal. Las estructuras del tronco encefálico son responsables de las funciones vitales más básicas como la respiración, la frecuencia cardiaca y la presión arterial.
  • El hipotálamo se encuentra ubicado en la base del cerebro y tiene el tamaño de apenas un guisante. Una función importante del hipotálamo es controlar la temperatura del cuerpo. El hipotálamo actúa como un "termostato", al sentir los cambios en la temperatura corporal y responder enviando señales para ajustarla.
  • El tálamo recibe información sensorial y la transmite a la corteza cerebral. La corteza cerebral también envía información al tálamo, que luego la retransmite a otras áreas del cerebro y de la médula espinal.
  • El sistema límbico es un grupo de estructuras que son importantes para controlar la respuesta emocional a una situación determinada.
  • El hipocampo es una parte del sistema límbico que es importante para la memoria y el aprendizaje.
  • Los ganglios basales son un grupo de estructuras que son importantes para coordinar los movimientos.
  • El cerebro medio ayuda a controlar la visión, la audición y el movimiento de los ojos y del cuerpo.

¿Qué es la neurotoxicidad central?

La anterior es una descripción muy básica del cerebro y de sus funciones. Definimos la neurotoxicidad central como un efecto secundario del tratamiento para el cáncer que afecta las funciones del sistema nervioso central. Se hace énfasis particularmente en los efectos que la quimioterapia provoca en el cerebro, tales como confusión, problemas cognitivos, problemas de memoria y pérdida de la memoria, convulsiones, problemas de equilibrio y problemas motores.

La neurotoxicidad central también puede ser causada por diversas afecciones, incluyendo enfermedades, infecciones o lesiones. Si se tienen dudas en relación con la causa de los síntomas neurológicos, es necesario realizar más evaluaciones. A continuación, se menciona una lista de algunos exámenes frecuentes que pueden usarse para evaluar el sistema nervioso central.

EXÁMENES NEUROLÓGICOS COMUNES

  • Examen físico: el profesional de atención médica puede llevar a cabo un examen neurológico como parte de un examen físico. Éste puede ser muy breve o más detallado según sean sus inquietudes y lo que encuentre durante el examen. Por lo general, el examen físico se divide en 4 partes: evaluación de los nervios craneales, evaluación de la función motriz, evaluación de la función sensorial y evaluación de los reflejos.
  • Evaluación de los nervios craneales: Del cerebro parten 12 nervios craneales. Cada nervio tiene su propia función y la evaluación de estos nervios se realiza mediante una evaluación de cada función. Por ejemplo, cuando se realiza una prueba del reflejo nauseoso o faríngeo con el depresor lingual o bajalenguas, se evalúan las funciones de los nervios craneales noveno y décimo.
  • La evaluación de la función motriz se hace mediante la verificación del modo de andar, la fuerza muscular y la coordinación del paciente. La prueba en la que se pide a una persona que se toque primero la nariz y después el dedo del examinador, primero con los ojos abiertos y después con los ojos cerrados, es un ejemplo de cómo se puede evaluar la coordinación.
  • La evaluación de la función sensorial se hace mediante la verificación de sensaciones tales como el dolor, la temperatura, el sentido de la posición del cuerpo, el tacto grueso y el tacto fino en conjunto con determinadas vías sensitivas. Una prueba que puede usarse para evaluar esta función es pedir a la persona que cierre los ojos y rozarle la piel con una mota de algodón y preguntarle si puede sentirlo.
  • Las pruebas de reflejos ayudan a evaluar el estado del sistema nervioso central, para saber si la vía sensitiva desde la médula espinal hasta el área estimulada y en sentido opuesto está intacta. Se evalúa la rapidez de la respuesta. 


  • Tomografía computarizada (TC, por sus siglas en español o CT, por sus siglas en inglés): puede hacerse una tomografía computarizada del cerebro u otra parte del cuerpo si su proveedor de atención médica lo indica. Este examen es más específico que las radiografías simples, ya que en este caso una computadora toma imágenes, desde diferentes ángulos, para mostrar una vista transversal del cerebro u otros órganos. Cómo se hace:
  • Mientras usted permanece recostado sobre una mesa desplazable, un escáner dentro de una máquina se mueve a su alrededor. Las radiografías se toman a diferentes ángulos, a medida que la computadora graba las imágenes. A continuación, la computadora presenta las imágenes en un orden específico, para que el especialista pueda interpretar los hallazgos.
  • A veces, se puede administrar al paciente una solución de contraste (tinte) por vía oral o intravenosa a través de una vena grande. Esto ayuda a obtener una mejor imagen y permite observar las anomalías a medida que la solución de contraste se desplaza por el cuerpo. Su médico puede pedirle que tome una solución de contraste oral si desea examinar el abdomen o la pelvis al mismo tiempo que examina otra parte del cuerpo.
  • Si van a realizarle una tomografía del abdomen, es posible que le pidan que ayune (es decir, que no ingiera ningún alimento) el día del examen a partir de la medianoche anterior. Su proveedor de atención médica le dará instrucciones específicas.


  • Electroencefalograma (EEG): un electroencefalograma es un procedimiento que registra las ondas cerebrales durante determinadas actividades. El procedimiento puede durar apenas entre 45 minutos y una hora, y registra sus ondas cerebrales mientras está dormido, despierto o concentrado en determinadas actividades. A veces se usa este procedimiento durante la anestesia. Puede ser una herramienta valiosa para diagnosticar su enfermedad. Su proveedor de atención médica puede solicitar esta prueba si cree que usted puede tener:
  • Una infección en el cerebro
  • Un trastorno convulsivo
  • Modificaciones de su estado mental
  • Un tumor cerebral


  • Electromiografía (EMG): su médico puede indicar esta prueba si usted ha experimentado dolor nervioso o debilidad muscular. Una electromiografía muestra la conducción de los nervios y músculos, usualmente en los brazos o piernas. Se puede indicar una EMG si:
  • Tiene una enfermedad neuromuscular, como la miastenia grave o la esclerosis lateral amiotrófica (ALS, por sus siglas en inglés, o enfermedad de Lou Gehrig)
  • Siente dolor, entumecimiento u hormigueo en las extremidades, tal vez como resultado del síndrome de túnel carpiano, o una enfermedad como la amiloidosis
  • Sufre determinadas lesiones nerviosas debido a actividades relacionadas con el deporte (enfermedad de Burner)


  • Imágenes por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés): mientras que los rayos X constituyen un método excelente para observar huesos y estructuras sólidas, las imágenes por resonancia magnética sirven para observar muy específicamente los órganos blandos, los cartílagos, los ojos y los tejidos del cuerpo. Es posible que le tomen imágenes por resonancia magnética:
  • De la columna: si tiene dolor de espalda grave, que se extiende hasta la pierna, y a su proveedor de atención médica le preocupa la estabilidad de su columna. También puede realizársele este estudio, si tiene un cáncer que se ha extendido a los huesos (metastatizado) o un tumor en la columna. Asimismo, es posible que sus huesos se hayan debilitado (osteoporosis) y esté en riesgo de sufrir una rotura o fractura de uno o varios de los huesos que forman parte de la columna vertebral, llamados vértebras.
  • La columna tiene 33 vértebras, conectadas entre sí por ligamentos. Si uno o varios de estos huesos se lesionan, puede lesionarse también la médula espinal y provocar problemas graves.
  •  Del cerebro: para observar el tejido cerebral, para vigilar un cáncer o un cáncer que puede haberse diseminado, o si ocurre una inflamación. También es importante si su médico cree que puede tener una infección en los ojos o la cabeza.
  • De una articulación: si ha sufrido una lesión (al practicar un deporte o caminar o por una caída) y siente mucho dolor. De esta forma puede verse si tiene ligamentos o cartílagos que hayan resultado dañados. Se le pueden tomar imágenes por resonancia magnética del hombro, la rodilla o cualquier otra articulación del cuerpo.
  • En muchos casos, no se requiere ninguna preparación especial, pero no debe tener consigo nada metálico durante el examen. Dentro de la máquina de resonancia magnética, no puede llevar nada de metal, como por ejemplo:
  • Broches metálicos en la ropa
  • Cierres
  • Joyas
  • Relojes.
  • Si tiene un marcapasos, placas metálicas en el cuerpo debido a una cirugía o cualquier otro tipo de metal en el cuerpo, infórmelo a su proveedor de atención médica.
  • Las máquinas de resonancia magnética producen un zumbido fuerte, que a muchas personas les resulta molesto. Durante el procedimiento:
  • Puede serle de ayuda usar tapones para los oídos o auriculares para bloquear el ruido de la máquina.
  • Si siente ansiedad, cierre los ojos y respire de manera lenta, profunda y regular. Piense en cosas que le hayan ayudado a relajarse en ocasiones anteriores.
  • Este procedimiento dura aproximadamente entre 30 minutos y una hora.

LA CONFUSIÓN Y CUÁL ES SU RELACIÓN CON LA QUIMIOTERAPIA Y OTROS TRATAMIENTOS CONTRA EL CÁNCER

Descripción: La confusión es un estado temporal o permanente de disfunción cerebral. También recibe el nombre de delirio. La confusión puede presentarse desde una leve dificultad para recordar información y fijar la atención, hasta cambios notables en el comportamiento de una persona.

¿Cuáles son algunos de los síntomas que deben vigilarse?

Es posible que no pueda recordar cosas y tenga dificultad para concentrarse y seguir indicaciones. Puede sentirse "desorientado".

Puede tener dificultad para aprender cosas nuevas, o bien olvidar cómo hacer cosas que ha hecho en reiteradas oportunidades.

Puede tener dificultades para manejar dinero u olvidar lo que ha sucedido determinado día.

Es posible que se sienta agitado o nervioso y tenga cambios abruptos de humor y de comportamiento (altibajos anímicos).

Puede sentir mayor somnolencia que de costumbre. Puede sentirse demasiado cansado o muy débil (fatigado). Es posible que le cueste realizar cualquiera de sus actividades normales.

Puede tener problemas para dormirse por las noches o para seguir durmiendo. Puede sentir que no ha descansado después de una larga noche de sueño.

En una confusión grave, es posible que no se dé cuenta de que su comportamiento es inadecuado. Sus familiares y amigos pueden notar la diferencia. 

Si tiene una infección, puede sentir fiebre o escalofríos.

Es importante tratar la causa subyacente de la confusión, ya sea debida a medicamentos, una dolencia o su enfermedad. Los episodios de confusión pueden durar desde minutos hasta días, o períodos más largos. Esto puede influir sobre su calidad de vida.

Tratamientos contra el cáncer asociados a la confusión:

Medicamentos de quimioterapia tales como: hidroxiurea, ifosfamida en altas dosis y metotrexato.

Tratamientos biológicos tales como: altas dosis de interleuquina-2, interferón.

Estados físicos que pueden provocar confusión:

Deshidratación.

Trastornos electrolíticos, como niveles elevados de calcio en sangre (hipercalcemia) o niveles elevados o bajos de sodio en la sangre (hipernatremia o hiponatremia).

La anemia, es decir una concentración baja de hemoglobina en sangre, puede causar problemas de memoria. La hemoglobina transporta el oxígeno a los tejidos. Con menos oxígeno, especialmente en el cerebro, resulta más difícil concentrarse.

Problemas cardíacos (su corazón no bombea apropiadamente, lo cual hace que llegue menos oxígeno a los tejidos).

Una infección grave en la sangre o el sistema nervioso central.

Cáncer en el cerebro o células cancerosas en el sistema nervioso central (como el linfoma o cáncer que se ha extendido al cerebro).

Trastornos endocrinos o metabólicos, tales como niveles extremadamente altos o bajos de azúcar en la sangre en personas diabéticas, o con trastornos tiroideos.

Otros medicamentos que pueden causar confusión se usan para tratar:

Dolor

Trastornos de ansiedad y del sueño (como el insomnio o la incapacidad para dormirse)

Problemas cardiacos

Malestar estomacal

Otras causas de confusión:

La depresión y la falta de sueño pueden hacer que se sienta confundido.

Beber alcohol o depender de él (tener el hábito de tomar alcohol y abstenerse de hacerlo)

Manejo de los síntomas:

Qué puede hacer (el paciente):

Debe evaluarse cualquier cambio que tenga en su forma de pensar o de comportarse, si este cambio comienza a afectar su estilo de vida. Si sufre cambios en su capacidad para recordar, pensar o concentrarse, consulte a su proveedor de atención médica.

Si se siente unpoco confundido o percibe que comienza a tener dificultades para recordar los detalles:

Lleve en todo momento una libreta para tomar notas o un diario. Escriba todo lo que considere importante. Haga listas de todo lo que debe hacer en un mismo lugar.

Anote siempre en un calendario todos los acontecimientos.

Con ayuda de sus amigos o familiares, intente mantener una cronología, desde el momento en que comenzó a tener dificultad para recordar las cosas y realizar determinadas actividades.

Lleve a un amigo o familiar a todas sus citas con el médico. Tener a otra persona presente ayuda a aclarar dudas durante y después de la consulta.

Pida ayuda a sus familiares y amigos. Si necesita ayuda con determinadas actividades, como cocinar, limpiar y lavar la ropa. Está bien pedir ayuda, en especial si se la han ofrecido. Puede necesitar ayuda en su casa durante un tiempo.

Intente fijarse una rutina diaria y cúmplala. Informe a sus familiares y amigos acerca de su rutina.

Si tiene problemas para recordar nombres, pregunte a un amigo o familiar el nombre que no recuerda y repítalo unas cuantas veces. Aunque esto pueda hacerlo sentirse incómodo, no es malo admitir que es "olvidadizo" y pedir a los demás que le recuerden cómo se llaman. (Por ejemplo: "Hola, soy ______. Sé que nos conocemos, pero soy un poco olvidadizo. ¿Podrías repetirme tu nombre?")

Mantenga su mente ocupada resolviendo crucigramas o leyendo. Ejercite el cerebro, de la misma manera como debe ejercitar su cuerpo.

Si toma nuevos medicamentos o realiza cambios en la dieta, asegúrese de informarlo a sus proveedores de atención médica. Determinados medicamentos pueden interactuar entre sí y provocar confusión.

Si sigue teniendo períodos de confusión:

No se quede solo. Es importante tener amigos o familiares cerca para que le presten ayuda cuando la necesite.

Asegúrese de estar rodeado de gente que conoce para que lo ayuden a volver a orientarse en su entorno.

Asegúrese de mantener su ambiente tranquilo. Elimine los ruidos de fondo de la televisión o la radio. Intente centrar la atención mientras realiza sus tareas.

Si está molesto o agitado, su proveedor de atención médica puede recetarle algunos medicamentos para que se relaje.

Usar auriculares y anteojos puede ayudarlo a reducir la confusión que experimenta.

Las alucinaciones son comunes. Converse acerca de lo que le pasa. Ayuda tener a alguien a su alrededor que le explique o dé "sentido" a las posibles visiones e ilusiones que cree ver. Las visiones que tiene son muy reales para usted y pueden hacer que sienta temor.

Si sus alucinaciones son un efecto secundario indeseado de los medicamentos, anote el nombre del fármaco del que sospecha para informarlo a los proveedores de atención médica más adelante.

La neumonía y la gripe con frecuencia causan confusión en adultos. Si tiene más de 65 años o una alteración en el sistema inmunitario debido a la quimioterapia, una enfermedad crónica o por consumo de esteroides, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control, CDC) recomiendan que se vacune contra la gripe una vez al año y contra la neumonía cada cinco años. Si le interesa, hable sobre este tema con su proveedor de atención médica.

Además, para prevenir la neumonía y las infecciones pulmonares: Es necesario que respire profundamente y exhale desde el fondo de los pulmones hacia afuera (oxigenación). Usar un espirómetro de incentivo durante 15 minutos, dos veces al día, puede ayudar a estimular la oxigenación.

Si todavía fuma, debe dejar de hacerlo. Converse con su proveedor de atención médica acerca de técnicas que pueden ayudarlo a dejar de fumar.

Si se está recuperando de un período de enfermedad o de confusión durante el que estuvo menos activo, hacer terapia física es importante. Trate de hacer ejercicio, en la medida que pueda, para mantener su nivel de funcionamiento óptimo o recuperar su fuerza.

Las personas que experimentan confusión pueden olvidarse de hacer ejercicio. Dé un paseo a pie con un amigo o un familiar como parte de su rutina diaria. Incluso una caminata liviana puede ayudarlo a estimular el flujo de oxígeno en los pulmones y la sangre (oxigenación), lo que beneficiará sus procesos cognitivos. .

Asegúrese de dormir suficiente durante la noche. Las personas que no duermen bien de noche pueden sentirse confundidas durante el día. Si tiene problemas para dormir:

No ingiera alimentos ni haga ejercicio dos horas antes de irse a acostar.

Oscurezca el ambiente de su habitación.

Si tiene un reloj electrónico o uno con iluminación, déle la vuelta para que la iluminación no le de directamente en el rostro.

Utilice la cama sólo para dormir

Mantenga un horario regular. Asegúrese de acostarse todas las noches y levantarse todas las mañanas a la misma hora.

Minimice las siestas durante el día. Si debe tomar una siesta, no duerma más de una hora seguida. Las siestas más largas lo harán sentirse más cansado y afectarán su sueño nocturno.

Si estas técnicas no funcionan, consulte a su proveedor de atención médica.

Si se siente ansioso, emplee técnicas de relajación para reducir la ansiedad. Vaya a un ambiente tranquilo y cierre los ojos. Respire lentamente, de forma continua y profunda, e intente concentrarse en cosas que antes lo hacían sentirse relajado. Esto se llama terapia conductual.

Participar en grupos de apoyo puede ser útil para hablar con otras personas acerca de lo que usted está enfrentando. Pregunte a su proveedor de atención médica si conoce grupos de apoyo que puedan serle de provecho.

Si se le receta un medicamento para tratar la confusión, no deje de tomar este medicamento ni otros que esté tomando, a menos que su proveedor de atención médica se lo indique.

Tome el medicamento exactamente como se lo hayan recetado.

No comparta con nadie sus pastillas. 

Muchos medicamentos para el dolor pueden hacer que sienta mareos o somnolencia. No opere maquinaria pesada a menos que sepa cuáles son los efectos de estos medicamentos en su caso.

Si se olvida de tomar una dosis de su medicamento, pregunte qué debe hacer a su proveedor de atención médica.

Si experimenta síntomas o efectos secundarios, en especial si son graves, asegúrese de hablar de ellos con los miembros de su equipo de atención médica. Ellos pueden recetarle medicamentos y ofrecerle otros consejos que sean eficaces para controlar este tipo de problemas.

Fármacos que su médico puede recetar para minimizar los efectos de la confusión inducida por la quimioterapia:

El tratamiento de un estado de confusión se basa en la eliminación de la causa subyacente.

Antibióticos: si su médico o proveedor de atención médica creen que tiene una infección, pueden recetarle antibióticos en comprimidos o por vía intravenosa (IV).

Entre los antibióticos que se recetan con mayor frecuencia para las infecciones se encuentran la azitromicina (Zithromax®) y la levofloxacina (Levaquin®). Estos medicamentos poseen una cobertura de amplio espectro y son específicamente eficaces para tratar infecciones pulmonares, o neumonía, que pueden ser la causa de su estado de confusión.

Si se le recetan antibióticos, tome la receta completa. No deje de tomarlos una vez que se sienta mejor.

Antidepresivos: se usan para tratar la depresión en adultos. Las personas que se sienten cansadas o están deprimidas tienen mayor riesgo de padecer problemas de salud. La depresión también puede causar confusión.

Antídotos: quienes han experimentado toxicidad farmacológica debido a narcóticos, medicamentos ansiolíticos o fármacos de quimioterapia, pueden recibir un "antídoto" para revertir sus efectos. Un efecto secundario de estos medicamentos puede ser la confusión.

Bisfosfonatos: las células cancerosas que se propagan hasta los huesos pueden secretar (o producir) sustancias que hacen que otras células óseas, llamadas osteoclastos, disuelvan o "se coman" parte del hueso. Estos tumores o lesiones debilitan al hueso y pueden producir complicaciones. Algunas de las complicaciones de esta descomposición ósea son dolor óseo, fracturas e hipercalcemia (aumento del nivel de calcio en sangre). La hipercalcemia puede causar confusión.

Los bisfosfonatos, como el pamidronato (Aredia®) y el zoledronato (Zometa®) pueden usarse para tratar la hipercalcemia (alta concentración de calcio en la sangre) y reducir el dolor.

Corticosteroides: los corticosteroides son eficaces para reducir la inflamación (hinchazón) en muchas partes del cuerpo. Los corticosteroides impiden a los glóbulos blancos (leucocitos polimorfonucleares), que son los que luchan contra las infecciones, se desplacen hacia el área inflamada del cuerpo. Esto significa que si usted toma esteroides, es más propenso a las infecciones.

Puede estar tomando esteroides si tiene un cáncer que se ha propagado al cerebro. La inflamación de las áreas donde están los tumores podría ser la causa de sus estados de confusión.

Puede tomar esteroides si sufre una afección pulmonar, como por ejemplo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (COLD, por sus siglas en inglés), y ésta ha empeorado y provocado una alteración en los niveles de oxígeno. Una disminución en los niveles de oxígeno puede causar confusión.

Es importante destacar que cuando recibe esteroides para tratar determinados problemas que pueden provocar confusión, un efecto secundario de este medicamento son los "altibajos anímicos". Si usted, un amigo o familiar nota cambios en su comportamiento, infórmelo a su proveedor de atención médica.

Narcóticos: los períodos de dolor prolongados pueden hacerlo sentir confundido. Sin embargo, los narcóticos también pueden producir confusión como efecto secundario. Es importante controlar el dolor, a fin de reducir las posibilidades de que se sienta confundido o desorientado debido al dolor. Sin embargo, tenga cuidado con los medicamentos narcóticos que pueden provocarle confusión como efecto secundario.

Los opiáceos como el sulfato de morfina pueden provocar alucinaciones.

Asegúrese de conversar con su proveedor de atención médica sobre los efectos secundarios comunes, tales como la confusión, el estreñimiento, la somnolencia, las náuseas y los vómitos, y sobre cómo controlar estos efectos secundarios. Si conversa sobre sus preocupaciones con su proveedor de atención médica, probablemente pueda ayudarlo.


Los agentes antiinflamatorios no esteroideos y el acetaminofén: los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID, por sus siglas en inglés), como el naproxeno sódico, el ibuprofeno y el acetaminofén (Tylenol®), pueden aliviar las cefaleas y el dolor generalizado. Estos medicamentos pueden ser adecuados para personas con dolor, que puedan sentirse confundidas, ya sea que se tomen solos o junto con otros medicamentos. A diferencia de los narcóticos, los fármacos antiinflamatorios no esteroideos y el acetaminofén rara vez provocan confusión.

Si debe evitar los fármacos NSAID, debido a su tipo de cáncer o a la quimioterapia que recibe, tomar 4000 mg diarios de acetaminofén (dos comprimidos extra fuertes cada 6 horas) podrían ayudarlo a sentirse mejor.

Es importante no exceder la dosis diaria recomendada de acetaminofén, dado que puede provocar daños hepáticos. Hable sobre este tema con su proveedor de atención médica.

 

Si experimenta dificultades en su capacidad cognitiva como consecuencia de la quimioterapia, las siguientes pautas le ayudarán a decidir cuándo debe llamar a su médico o proveedor de atención médica:

Si tiene fiebre de 100.5 ºF (38 ºC), escalofríos o dolor de garganta (posibles signos de infección si recibe quimioterapia).

Si siente mayor confusión o si sufre "caídas".

Comienza a sentirse más confundido, tiene problemas para manejar el dinero o pierde la cuenta de los días.

Tiene mayores dificultades para hacer cosas que generalmente hacía, o se olvida de algo que ha hecho repetidas veces anteriormente.

Si siente que su ritmo cardiaco es rápido o tiene palpitaciones.

Si una hemorragia no se detiene al cabo de unos pocos minutos; tiene heces negras o alquitranadas, o sangre en la orina o las heces.

Si se siente mareado o aturdido, siente que se va a desmayar, en especial si la sensación es intensa.


PROBLEMAS COGNITIVOS

Descripción: El "desarrollo cognitivo" tiene lugar cuando una persona desarrolla la capacidad de pensar de manera compleja. La cognición se describe mejor como un nivel de funcionamiento más elevado. La cognición es importante para:

El lenguaje: la capacidad de poder hablar correctamente, formar palabras y analizar un problema en un nivel de funcionamiento más "elevado".

El desarrollo emocional: la capacidad de manejar situaciones estresantes, concentrarse y tomar decisiones apropiadamente.

El desarrollo ético: diferenciar lo correcto de lo incorrecto.

El desarrollo social: aprender a interactuar con otras personas.

Los problemas cognitivos son aquellos que guardan relación con la memoria, la concentración y el estado de conciencia. Si tiene problemas cognitivos, es posible que no pueda resolver problemas sencillos, contar el cambio al regresar de la tienda, o diferenciar lo correcto de lo incorrecto. Puede tener problemas para concentrarse en determinadas actividades.

¿Cuáles son algunos de los síntomas que deben vigilarse?

Es posible que no pueda recordar cosas y tenga dificultad para concentrarse y seguir indicaciones. Puede sentirse "desorientado".

Puede olvidarse de hacer cosas que normalmente no olvidaría (hacer las compras, lavar la ropa).

Puede tener dificultad para aprender cosas nuevas, o bien olvidar cómo hacer cosas que ha hecho en reiteradas oportunidades.

Es posible que se sienta agitado o nervioso y tenga cambios abruptos de humor y de comportamiento (altibajos anímicos). Puede sentirse deprimido.

Puede tener dificultades para manejar dinero u olvidar lo que ha sucedido determinado día.

Si existe una causa física subyacente para sus problemas cognitivos, es posible que desarrolle confusión. Si tiene confusión leve, es posible que no observe cambios significativos en su comportamiento. En un estado de confusión grave, puede no darse cuenta de que su comportamiento ha cambiado o es inadecuado. Sus familiares y amigos pueden notar la diferencia. 

Muchos factores pueden contribuir a que experimente problemas cognitivos. Es importante tratar las afecciones que contribuyen a los problemas cognitivos, ya sean consecuencia de los medicamentos, una dolencia o su enfermedad. Las alteraciones cognitivas pueden durar minutos, días o más tiempo.

Tratamientos contra el cáncer asociados a problemas cognitivos:

Medicamentos de quimioterapia que contribuyen a la confusión, como la hidroxiurea, la ifosfamida en altas dosis y el metotrexato.

Tratamientos biológicos tales como: altas dosis de interleuquina-2, interferón.

Afecciones físicas que pueden contribuir a los problemas cognitivos:

Estrés y ansiedad: afectan a la memoria, la concentración y su capacidad de aprender. Es posible que si tiene un alto nivel de estrés y ansiedad no pueda concentrase en tareas importantes ni realizar sus actividades habituales. Puede serle difícil concentrase y desempeñarse normalmente.

Fatiga o cansancio extremo: puede provocar problemas de memoria y de concentración.

Trastornos electrolíticos: como por ejemplo niveles elevados de calcio en sangre (hipercalcemia) o niveles elevados o bajos de sodio en sangre (hipernatremia o hiponatremia). Los niveles ligeramente altos de calcio en sangre pueden provocar un estado de desorientación o incapacidad de concentrase. Los niveles elevados de calcio en sangre pueden ocasionar confusión.

Deshidratación: puede causar incapacidad para concentrarse.

Problemas cardíacos (su corazón no bombea apropiadamente, lo cual hace que llegue menos oxígeno a los tejidos). Esto puede hacerlo sentirse confundido o desorientado.

Anemia o concentración baja de hemoglobina en sangre: puede causar problemas de memoria. La hemoglobina transporta el oxígeno a los tejidos. Es más difícil concentrarse cuando los tejidos reciben menos oxígeno.

Una infección grave en la sangre o el sistema nervioso central puede hacer que usted no esté tan alerta como acostumbra.

Cáncer en el cerebro o células cancerosas en el sistema nervioso central (como linfoma, o cáncer que se ha diseminado en el cerebro): pueden ocasionar un estado de confusión o dificultad para pensar.

Trastornos endocrinos o metabólicos: como por ejemplo niveles extremadamente altos o bajos de azúcar en sangre en diabéticos, o trastornos tiroideos.

Otros medicamentos que contribuyen a los problemas cognitivos se usan para tratar:

Dolor.

Problemas cardiacos.

Malestar estomacal.

Infecciones: Una infección en la sangre, que produce fiebre, puede hacerlo estar menos alerta o incluso hacer que se sienta confundido.

Beber alcohol o depender de él (tener el hábito de tomar alcohol y abstenerse de hacerlo).

Cómo controlar los síntomas:

Qué puede hacer (el paciente):

Deben evaluarse las alteraciones cognitivas si comienzan a afectar su estilo de vida. Si sufre cambios en su capacidad para recordar, pensar o concentrarse, consulte a su proveedor de atención de médica.

Si observa que comienza a tener dificultad para recordar detalles y problemas de memoria:

Lleve en todo momento una libreta para tomar notas o un diario. Escriba todo lo que considere importante. Haga listas de todo lo que debe hacer en un mismo lugar.

Anote siempre en un calendario todos los acontecimientos.

Con ayuda de sus amigos o familiares, intente mantener una cronología, desde el momento en que comenzó a tener dificultad para recordar las cosas y realizar determinadas actividades.

Lleve a un amigo o familiar a todas sus citas con el médico. Tener a otra persona presente ayuda a aclarar dudas durante y después de la consulta.

Pida ayuda a sus familiares y amigos. Puede que necesite ayuda con determinadas actividades, como cocinar, limpiar y lavar la ropa. Está bien pedir ayuda, en especial si se la han ofrecido. Puede necesitar ayuda en su casa durante un tiempo.

Intente fijarse una rutina diaria y cúmplala. Informe a sus familiares y amigos acerca de su rutina.

Si tiene problemas para recordar nombres, pregunte a un amigo o familiar el nombre que no recuerda y repítalo unas cuantas veces. Aunque esto pueda hacerlo sentirse incómodo, no es malo admitir que es "olvidadizo" y pedir a los demás que le recuerden cómo se llaman. (Por ejemplo: "Hola, soy ______. Sé que nos conocemos, pero soy un poco olvidadizo. ¿Podrías repetirme tu nombre?")

Mantenga su mente ocupada resolviendo crucigramas o leyendo. Ejercite su cerebro, de la misma manera como debe ejercitar su cuerpo.

Si toma nuevos medicamentos o realiza cambios en la dieta, asegúrese de informarlo a sus proveedores de atención médica. Determinados medicamentos pueden interactuar entre sí y provocar confusión.

A veces puede sentirse confundido si padece problemas cognitivos. Si experimenta períodos de confusión:

Informe a su proveedor de atención médica si éste es un problema nuevo para usted. Su proveedor de atención médica puede ayudarlo si las modificaciones de pensamiento y de memoria que experimenta se deben a un medicamento o a una dolencia física.

No se quede solo. Es importante tener amigos o familiares cerca para que le presten ayuda cuando la necesite.

Asegúrese de estar rodeado de gente que conoce para que lo ayuden a volver a orientarse en su entorno.

Asegúrese de mantener su ambiente tranquilo. Elimine los ruidos de fondo de la televisión o la radio. Intente concentrarse mientras realiza sus actividades y tómese el tiempo que necesite para hacerlas.

Si está molesto o agitado, su proveedor de atención médica puede recetarle algunos medicamentos para que se relaje.

Usar audífonos y anteojos puede ayudarlo a reducir la confusión que experimenta.

Puede sufrir alucinaciones como consecuencia de algunas de las causas de la confusión o los trastornos de memoria, en especial si las causan guardan relación con los medicamentos que toma. Converse acerca de lo que le pasa. Ayuda tener a alguien a su alrededor que le explique o dé "sentido" a las posibles visiones e ilusiones que cree ver. Las visiones que tiene son muy reales para usted y pueden hacer que siente temor.

Si sus alucinaciones son un efecto secundario indeseado de los medicamentos, anote el nombre del fármaco del que sospecha para informarlo a los proveedores de atención médica más adelante.

La neumonía y la gripe puede provocar infecciones en adultos, que pueden causarle problemas cognitivos. Si tiene más de 65 años o una alteración en el sistema inmunitario debido a la quimioterapia, una enfermedad crónica o toma esteroides, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control, CDC) recomiendan que se vacune contra la gripe una vez al año y contra la neumonía cada cinco años. Si le interesa, hable sobre este tema con su proveedor de atención médica.

Además, para prevenir la neumonía y las infecciones pulmonares: Es necesario que respire profundamente y exhale desde el fondo de los pulmones hacia afuera (oxigenación). Usar un espirómetro de incentivo durante 15 minutos, dos veces al día, puede ayudar a estimular la oxigenación.

Si todavía fuma, debe dejar de hacerlo. Converse con su proveedor de atención médica acerca de técnicas que pueden ayudarlo a dejar de fumar.

Trate de hacer ejercicio, en la medida que pueda, para mantener su nivel de funcionamiento óptimo. Las personas con trastornos cognitivos pueden olvidarse de hacer ejercicio. Dé un paseo a pie con un amigo o un familiar como parte de su rutina diaria. Incluso una caminata liviana puede ayudarlo a estimular el flujo de oxígeno en los pulmones y la sangre (oxigenación), lo que beneficiará sus procesos cognitivos. .

Asegúrese de dormir suficiente durante la noche. Las personas que no duermen bien de noche pueden tener dificultad para concentrarse durante el día. Si tiene problemas para dormir:

No ingiera alimentos ni haga ejercicio dos horas antes de irse a acostar.

Oscurezca el ambiente de su habitación.

Si tiene un reloj electrónico o con la esfera iluminada, déle la vuelta para que no quede con la esfera mirando hacia usted.

Utilice la cama sólo para dormir.

Mantenga un horario regular. Asegúrese de acostarse todas las noches y levantarse todas las mañanas a la misma hora.

Minimice las siestas durante el día. Si debe tomar una siesta, no duerma más de una hora seguida. Las siestas más largas lo harán sentirse más cansado y afectarán su sueño nocturno.

Si estas técnicas no funcionan, consulte a su proveedor de atención médica.

El estrés y la ansiedad pueden causar problemas cognitivos, especialmente si el estrés y la ansiedad son prolongados. Si se siente ansioso o muy "estresado", emplee técnicas de relajación para reducir la ansiedad. Vaya a un ambiente tranquilo y cierre los ojos. Respire lentamente, de forma continua y profunda, e intente concentrarse en cosas que antes lo hacían sentirse relajado.

Participar en grupos de apoyo puede ser útil para hablar con otras personas acerca de lo que usted está enfrentando. Pregunte a su proveedor de atención médica si conoce grupos de apoyo que puedan serle de provecho.

Si experimenta síntomas o efectos secundarios, en especial si son graves, asegúrese de hablar de ellos con los miembros de su equipo de atención médica. Ellos pueden recetarle medicamentos y ofrecerle otros consejos que sean eficaces para controlar este tipo de problemas.

Fármacos que su médico puede recetarle:

El tratamiento de los problemas cognitivos se basa en la eliminación de la causa subyacente.

Antibióticos: si su médico o proveedor de atención médica creen que tiene una infección, pueden recetarle antibióticos en comprimidos o por vía intravenosa (IV).

Entre los antibióticos que se recetan con mayor frecuencia para las infecciones se encuentran la azitromicina (Zithromax®) y la levofloxacina (Levaquin®). Estos medicamentos poseen una cobertura de amplio espectro y son específicamente eficaces para tratar infecciones pulmonares, o neumonía, que pueden ser la causa de su estado de confusión.

Si se le recetan antibióticos, tome la receta completa. No deje de tomarlos una vez que se sienta mejor.

Antidepresivos: se usan para tratar la depresión en adultos. Las personas que se sienten cansadas o están deprimidas tienen mayor riesgo de padecer problemas de salud. La depresión también puede causar confusión y problemas cognitivos.

Antídotos: quienes han experimentado toxicidad farmacológica debido a narcóticos, medicamentos ansiolíticos o fármacos de quimioterapia, pueden recibir un "antídoto" para revertir sus efectos. La toxicidad de un fármaco puede provocar trastornos cognitivos.

Bisfosfonatos: las células cancerosas que se propagan hasta los huesos pueden secretar (o producir) sustancias que hacen que otras células óseas, llamadas osteoclastos, disuelvan o "se coman" parte del hueso. Estos tumores o lesiones debilitan al hueso y pueden producir complicaciones. Algunas de las complicaciones de esta descomposición ósea son dolor óseo, fracturas e hipercalcemia (aumento del nivel de calcio en sangre). La hipercalcemia leve puede causar cambios en la memoria y la concentración, mientras que un aumento significativo en los niveles de calcio en sangre puede provocar confusión y problemas cognitivos.

Los bisfosfonatos, como el pamidronato (Aredia®) y el zoledronato (Zometa®) pueden usarse para tratar la hipercalcemia (alta concentración de calcio en la sangre) y reducir el dolor.

 

Corticosteroides: los corticosteroides son eficaces para reducir la inflamación (hinchazón) en muchas partes del cuerpo. Los corticosteroides impiden a los glóbulos blancos (leucocitos polimorfonucleares), que son los que luchan contra las infecciones, se desplacen hacia el área inflamada del cuerpo. Esto significa que si usted toma esteroides, es más propenso a las infecciones.

Puede estar tomando esteroides si tiene un cáncer que se ha propagado al cerebro. La inflamación de las áreas donde están los tumores podría ser la causa de sus estados de confusión.

Puede tomar esteroides si sufre una afección pulmonar, como por ejemplo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (COLD, por sus siglas en inglés), y ésta empeora y provoca una alteración en los niveles de oxígeno.

Es importante destacar que cuando recibe esteroides para tratar determinados problemas que pueden provocar confusión, un efecto secundario de este medicamento son los "altibajos anímicos". Si usted, un amigo o familiar nota cambios en su comportamiento, infórmelo a su proveedor de atención médica.

La eritropoyetina es una sustancia que el cuerpo produce de forma natural. Es una proteína que normalmente se produce en los riñones y ayuda en la producción de hematíes. La epoetina alfa y la darbepoetina alfa son fármacos similares que actúan como esta sustancia natural y estimulan la producción de hematíes. Durante la quimioterapia, es posible que los pacientes no puedan producir suficientes hematíes, una afección que se conoce como anemia. Los agentes eritropoyéticos pueden tratar la anemia al aumentar el número de hematíes en el cuerpo.

La hemoglobina es la sustancia que contiene hierro en los glóbulos rojos y que transporta el oxígeno a todo el cuerpo. La anemia y la disminución del oxígeno circulante que ésta provoca pueden contribuir a los problemas de confusión y cognición. El rango normal de hemoglobina es de aproximadamente entre 12 y 18 g/dL, y varía en función de la edad y el sexo. Los médicos pueden recetar agentes eritropoyéticos a los pacientes que reciben quimioterapia cuyos niveles de hemoglobina se encuentran por debajo de lo normal.

Narcóticos: los períodos de dolor prolongados pueden provocar problemas cognitivos. Sin embargo, los narcóticos pueden producir confusión como efecto secundario. Es importante controlar el dolor, a fin de reducir las posibilidades de que se sienta confundido o tenga problemas cognitivos. Sin embargo, tenga cuidado con los medicamentos narcóticos que puedan provocarle confusión.

Asegúrese de conversar con su proveedor de atención médica sobre los efectos secundarios comunes, tales como el estreñimiento, la somnolencia, las náuseas y los vómitos, y sobre cómo controlar estos efectos secundarios.


Los agentes antiinflamatorios no esteroideos y el acetaminofén: Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID, por sus siglas en inglés), como el naproxeno sódico, el ibuprofeno, pueden aliviar las cefaleas y el dolor generalizado. Pueden ser medicamentos apropiados para las personas con dolor que experimentan problemas cognitivos. A diferencia de los narcóticos, los fármacos antiinflamatorios no esteroideos y el acetaminofén rara vez provocan confusión.

Si debe evitar los fármacos NSAID, debido a su tipo de cáncer o a la quimioterapia que recibe, tomar 4000 mg diarios (dos comprimidos extra fuertes cada 6 horas) de acetaminofén (Tylenol®) podrían ayudarlo a sentirse mejor.

Es importante no exceder la dosis diaria recomendada de acetaminofén, dado que puede provocar daños hepáticos. Hable sobre este tema con su proveedor de atención médica.

Cuándo llamar al médico o proveedor de atención médica:

Si tiene fiebre de 100.5 ºF (38 ºC), escalofríos o dolor de garganta (posibles signos de infección si recibe quimioterapia).

Si siente mayor confusión o si sufre "caídas".

Si tiene problemas para manejar el dinero o pierde la cuenta de los días.

Si tiene mayores dificultades para hacer cosas que generalmente hace, o se olvida de algo que ha hecho repetidas veces anteriormente.

Si siente que su ritmo cardiaco es rápido o tiene palpitaciones.

Si se siente mareado o aturdido, siente que se va a desmayar, en especial si la sensación es intensa.


PROBLEMAS DE MEMORIA- PÉRDIDA DE LA MEMORIA Y QUIMIOTERAPIA

Descripción: La memoria es la capacidad de recordar información. La memoria de corto plazo lo ayuda a recordar cosas como lo que hizo hace pocos minutos o hace unas horas. La memoria de largo plazo ayuda a recordar cosas del pasado, como el nombre de la mascota que tuvo en la niñez o dónde vivía cuando era más joven.

Tenemos problemas de memoria cuando tenemos dificultad para recordar información. Una consecuencia normal del envejecimiento es experimentar una pérdida leve de la memoria, tener cierta dificultad para recordar, en especial nombres, rostros y lugares. Esto se debe a que el cerebro almacena la información de manera diferente, y puede ser más difícil recuperarla. No obstante, aparte del envejecimiento, algunos tratamientos de quimioterapia guardan relación con la pérdida de la memoria.

¿Cuáles son algunos de los síntomas que deben observarse para diagnosticar problemas de memoria o pérdida de la memoria provocados por la quimioterapia?

Es posible que no pueda recordar cosas y tenga dificultad para concentrarse y seguir indicaciones. A veces puede sentirse "desorientado".

Puede tener dificultad para aprender cosas nuevas, o bien olvidar cómo hacer cosas que ha hecho en reiteradas oportunidades.

Puede tener dificultades para manejar dinero u olvidar lo que ha sucedido determinado día.

Puede sentir mayor somnolencia que de costumbre. Puede sentirse demasiado cansado o muy débil (fatigado). Es posible que le cueste realizar cualquier actividad normal.

Puede tener problemas para dormirse por las noches o para seguir durmiendo. Puede sentir que no ha descansado después de una larga noche de sueño.

Es posible que se sienta agitado o nervioso y tenga cambios abruptos de humor y de comportamiento (altibajos anímicos).

En una confusión grave, es posible que no se dé cuenta de que su comportamiento es inadecuado. Sus familiares y amigos pueden notar la diferencia. 

Si tiene una infección, puede sentir fiebre o escalofríos.

De ser posible, es importante tratar la causa subyacente de los problemas de memoria, ya sean debidos a medicamentos, una dolencia o su enfermedad. Los episodios de pérdida de la memoria pueden durar minutos, días, o períodos más largos. Esto puede influir sobre su calidad de vida.

Terapias contra el cáncer asociadas a la pérdida de la memoria y otros problemas de memoria:

Medicamentos de quimioterapia que contribuyen a la confusión, como la hidroxiurea, la ifosfamida en altas dosis y el metotrexato.

Tratamientos biológicos tales como: altas dosis de interleuquina-2, interferón.

Afecciones físicas que pueden contribuir a los problemas de memoria:

Estrés y ansiedad: afectan a la memoria, la concentración y su capacidad de aprender. Es posible que si tiene un alto nivel de estrés y ansiedad no pueda concentrase en tareas importantes ni realizar sus actividades habituales. Puede serle difícil concentrase y desempeñarse normalmente.

Fatiga o cansancio extremo: puede provocar problemas de memoria y de concentración.

Trastornos electrolíticos: como por ejemplo niveles elevados de calcio en sangre (hipercalcemia) o niveles elevados o bajos de sodio en sangre (hipernatremia o hiponatremia). Los niveles ligeramente altos de calcio en sangre pueden provocar un estado de desorientación o incapacidad de concentrase. Los niveles elevados de calcio en sangre pueden ocasionar confusión.

Deshidratación: puede causar incapacidad para concentrarse.

Problemas cardíacos (su corazón no bombea apropiadamente, lo cual hace que llegue menos oxígeno a los tejidos). Esto puede hacerlo sentirse confundido o desorientado.

Anemia o concentración baja de hemoglobina en sangre: puede causar problemas de memoria. La hemoglobina transporta el oxígeno a los tejidos. Es más difícil concentrarse cuando los tejidos reciben menos oxígeno.

Una infección grave en la sangre o el sistema nervioso central puede hacer que usted no esté tan alerta como acostumbra.

Cáncer en el cerebro o células cancerosas en el sistema nervioso central (como linfoma, o cáncer que se ha diseminado en el cerebro): pueden ocasionar un estado de confusión o dificultad para pensar.

Trastornos endocrinos o metabólicos: como por ejemplo niveles extremadamente altos o bajos de azúcar en sangre en diabéticos, o trastornos tiroideos.

Otros medicamentos que contribuyen a los problemas cognitivos se usan para tratar:

Dolor.

Problemas cardiacos.

Malestar estomacal.

Infecciones: Una infección en la sangre, que produce fiebre, puede hacerlo estar menos alerta o incluso hacer que se sienta confundido.

Beber alcohol o depender de él (tener el hábito de tomar alcohol y abstenerse de hacerlo).

Cómo controlar los síntomas:

Qué puede hacer (el paciente):

Los problemas de memoria deben evaluarse si comienzan a afectar su estilo de vida. Si sufre pérdida de la memoria o cualquier otro problema de memoria, razonamiento o concentración, consulte a su proveedor de atención médica.

Si tiene un problema leve de pérdida de la memoria, o si nota que comienza a tener dificultad para recordar detalles:

Lleve en todo momento una libreta para tomar notas o un diario. Escriba todo lo que considere importante. Haga listas de todo lo que debe hacer en un mismo lugar.

Anote siempre en un calendario todos los acontecimientos.

Con ayuda de sus amigos o familiares, intente mantener una cronología, desde el momento en que comenzó a tener dificultad para recordar las cosas y realizar determinadas actividades.

Lleve a un amigo o familiar a todas sus citas con el médico. Tener a otra persona presente ayuda a aclarar dudas durante y después de la consulta.

Pida ayuda a sus familiares y amigos. Puede que necesite ayuda con determinadas actividades, como cocinar, limpiar y lavar la ropa. Está bien pedir ayuda, en especial si se la han ofrecido. Puede necesitar ayuda en su casa durante un tiempo.

Intente fijarse una rutina diaria y cúmplala. Informe a sus familiares y amigos acerca de su rutina.

Si tiene problemas para recordar nombres, pregunte a un amigo o familiar el nombre que no recuerda y repítalo unas cuantas veces. Aunque esto pueda hacerlo sentirse incómodo, no es malo admitir que es "olvidadizo" y pedir a los demás que le recuerden cómo se llaman. (Por ejemplo: "Hola, soy ______. Sé que nos conocemos, pero soy un poco olvidadizo. ¿Podrías repetirme tu nombre?")

Mantenga su mente ocupada resolviendo crucigramas o leyendo. Ejercite su cerebro, de la misma manera como debe ejercitar su cuerpo.

Si toma nuevos medicamentos o realiza cambios en la dieta, asegúrese de informarlo a sus proveedores de atención médica. Determinados medicamentos pueden interactuar entre sí y provocar confusión.

Si experimenta pérdida de la memoria u otro problema de memoria, es posible que esto le provoque confusión. Si se siente confundido:

Informe a sus amigos, familiares y a su proveedor de atención médica que se siente confundido.

No se quede solo. Es importante tener amigos o familiares cerca para que le presten ayuda cuando la necesite.

Asegúrese de estar rodeado de gente que conoce para que lo ayuden a volver a orientarse en su entorno.

Asegúrese de mantener su ambiente tranquilo. Elimine los ruidos de fondo de la televisión o la radio. Intente centrar la atención mientras realiza sus tareas.

Si está molesto o agitado, su proveedor de atención médica puede recetarle algunos medicamentos para que se relaje.

Usar audífonos y anteojos puede ayudarlo a reducir la confusión que experimenta.

Las alucinaciones con comunes, usualmente si la confusión guarda relación con un medicamento que toma Converse acerca de lo que le pasa. Ayuda tener a alguien a su alrededor que le explique o dé "sentido" a las posibles visiones e ilusiones que cree ver. Las visiones que tiene son muy reales para usted y pueden hacer que sienta temor.

Si sus alucinaciones son un efecto secundario indeseado de los medicamentos, anote el nombre del fármaco del que sospecha para informarlo a los proveedores de atención médica más adelante. Además, recuerde a su médico o proveedor de atención médica si tiene antecedentes de diabetes, enfermedad hepática, renal o cardiaca.

Si siente dolor, es importante seguir las recomendaciones de su proveedor de atención médica para controlar los síntomas. Los episodios prolongados de dolor pueden hacer que experimente problemas de memoria y cognición. Asegúrese de llevar un diario para poder hacer un seguimiento del dolor. Anote las actividades que influyen sobre el nivel del dolor y lo que hace para aliviarlo.

La neumonía y la gripe con frecuencia originan problemas temporales de memoria y confusión en adultos. Si tiene más de 65 años o una alteración en el sistema inmunitario debido a la quimioterapia, una enfermedad crónica o toma esteroides, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control, CDC) recomiendan que se vacune contra la gripe una vez al año y contra la neumonía cada cinco años. Si le interesa, hable sobre este tema con su proveedor de atención médica.

Además, para prevenir la neumonía y las infecciones pulmonares: Es necesario que respire profundamente y exhale desde el fondo de los pulmones hacia afuera (oxigenación). Usar un espirómetro de incentivo durante 15 minutos, dos veces al día, puede ayudar a estimular la oxigenación.

Si todavía fuma, debe dejar de hacerlo. Converse con su proveedor de atención médica acerca de técnicas que pueden ayudarlo a dejar de fumar.

Trate de hacer ejercicio, en la medida que pueda, para mantener su nivel de funcionamiento óptimo. Las personas con trastornos de la memoria pueden olvidarse de hacer ejercicio. Dé un paseo a pie con un amigo o un familiar como parte de su rutina diaria. Incluso una caminata liviana puede ayudarlo a estimular el flujo de oxígeno en los pulmones y la sangre (oxigenación), lo que beneficiará sus procesos cognitivos. .

Asegúrese de dormir suficiente durante la noche. Las personas que no duermen bien de noche pueden tener problemas de memoria y de concentración durante el día. Si tiene problemas para dormir:

No ingiera alimentos ni haga ejercicio dos horas antes de irse a acostar.

Oscurezca el ambiente de su habitación.

Si tiene un reloj electrónico o con la esfera iluminada, déle la vuelta para que no quede con la esfera mirando hacia usted.

Utilice la cama sólo para dormir

Mantenga un horario regular. Asegúrese de acostarse todas las noches y levantarse todas las mañanas a la misma hora.

Minimice las siestas durante el día. Si debe tomar una siesta, no duerma más de una hora seguida. Las siestas más largas lo harán sentirse más cansado y afectarán su sueño nocturno.

Si estas técnicas no funcionan, consulte a su proveedor de atención médica.

El estrés y la ansiedad prolongados pueden ocasionar problemas de memoria y de razonamiento. Si se siente ansioso, emplee técnicas de relajación para reducir la ansiedad. Vaya a un ambiente tranquilo y cierre los ojos. Respire lentamente, de forma continua y profunda, e intente concentrarse en cosas que antes lo hacían sentirse relajado.

Participar en grupos de apoyo puede ser útil para hablar con otras personas acerca de lo que usted está enfrentando. Pregunte a su proveedor de atención médica si conoce grupos de apoyo que puedan serle de provecho.

Si se le receta un medicamento para tratar sus problemas de memoria, no deje de tomar este medicamento ni otros que esté tomando, a menos que su proveedor de atención médica se lo indique.

Tome el medicamento exactamente como se lo hayan recetado.

No comparta con nadie sus pastillas. 

Muchos medicamentos para el dolor pueden hacer que sienta mareos o somnolencia. No opere maquinaria pesada a menos que sepa cuáles son los efectos de estos medicamentos en su caso.

Si se olvida de tomar una dosis de su medicamento, pregunte qué debe hacer a su proveedor de atención médica.

Si experimenta síntomas o efectos secundarios, en especial si son graves, asegúrese de hablar de ellos con los miembros de su equipo de atención médica. Ellos pueden recetarle medicamentos y ofrecerle otros consejos que sean eficaces para controlar este tipo de problemas.


Fármacos que su médico puede recetarle para tratar la pérdida de memoria u otros problemas de la memoria inducidos por la quimioterapia:

El tratamiento de los problemas de la memoria se basa en el tratamiento de la causa subyacente.


Medicamentos ansiolíticos: si sus problemas de memoria se deben a la ansiedad prolongada, su proveedor de atención médica puede recetarle medicamentos para combatir la ansiedad, llamados ansiolíticos. Estos medicamentos lo ayudarán a relajarse.

Es importante que tome estos medicamentos únicamente cuando se sienta ansioso.

No opere maquinaria pesada ni maneje un automóvil si toma ansiolíticos.

Si estos medicamentos no controlan los síntomas, consulte a su médico.

Antibióticos: si su médico o proveedor de atención médica creen que tiene una infección, pueden recetarle antibióticos en comprimidos o por vía intravenosa (IV).

Entre los antibióticos que se recetan con mayor frecuencia para las infecciones se encuentran la azitromicina (Zithromax®) y la levofloxacina (Levaquin®). Estos medicamentos poseen una cobertura de amplio espectro y son específicamente eficaces para tratar infecciones pulmonares, o neumonía, que pueden ser la causa de su estado de confusión.

Si se le recetan antibióticos, tome la receta completa. No deje de tomarlos una vez que se sienta mejor.

Antidepresivos: se usan para tratar la depresión en adultos. Las personas que están cansadas y deprimidas tienen mayor riesgo de padecer problemas de memoria.

Bisfosfonatos: las células cancerosas que se propagan hasta los huesos pueden secretar (o producir) sustancias que hacen que otras células óseas, llamadas osteoclastos, disuelvan o "se coman" parte del hueso. Estos tumores o lesiones debilitan al hueso y pueden producir complicaciones. Algunas de las complicaciones de esta descomposición ósea son dolor óseo, fracturas e hipercalcemia (aumento del nivel de calcio en sangre). La hipercalcemia leve puede causar cambios en la memoria y la concentración, mientras que un aumento significativo en los niveles de calcio en sangre puede provocar confusión.

Los bisfosfonatos, como el pamidronato (Aredia®) y el zoledronato (Zometa®) pueden usarse para tratar la hipercalcemia (alta concentración de calcio en la sangre) y reducir el dolor.

 

Corticosteroides: Los corticosteroides son eficaces para disminuir la inflamación (hinchazón) en muchas partes del cuerpo. Los corticosteroides impiden a los glóbulos blancos (leucocitos polimorfonucleares), que son los que luchan contra las infecciones, se desplacen hacia el área inflamada del cuerpo. Esto significa que si usted toma esteroides, es más propenso a las infecciones.

Puede estar tomando esteroides si tiene un cáncer que se ha propagado al cerebro. La inflamación de las áreas donde están los tumores podría ser la causa de sus estados de confusión.

Puede tomar esteroides si sufre una afección pulmonar, como por ejemplo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (COLD, por sus siglas en inglés), y ésta empeora y provoca una alteración en los niveles de oxígeno.

Es importante destacar que cuando recibe esteroides para tratar determinados problemas que pueden provocar confusión, un efecto secundario de este medicamento son los "altibajos anímicos". Si usted, un amigo o familiar nota cambios en su comportamiento, infórmelo a su proveedor de atención médica.

Narcóticos: los períodos de dolor prolongados pueden ocasionar que esté menos atento y que sufra problemas de la memoria. Es importante controlar el dolor para reducir sus las posibilidades de padecer trastornos de la memoria. Sin embargo, los narcóticos pueden producir confusión como efecto secundario. Tenga cuidado con los medicamentos narcóticos que puedan provocarle confusión.

Asegúrese de conversar con su proveedor de atención médica sobre los efectos secundarios comunes, tales como el estreñimiento, la somnolencia, las náuseas y los vómitos, y sobre cómo controlar estos efectos secundarios.


Los agentes antiinflamatorios no esteroideos y el acetaminofén: Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID, por sus siglas en inglés), como el naproxeno sódico, el ibuprofeno, pueden aliviar las cefaleas y el dolor generalizado. Estos medicamentos pueden ser apropiados para las personas con dolor que puedan sentir confusión. A diferencia de los narcóticos, los fármacos antiinflamatorios no esteroideos y el Tylenol® rara vez provocan confusión.

Si debe evitar los fármacos NSAID, debido a su tipo de cáncer o a la quimioterapia que recibe, tomar 4000 mg diarios (dos comprimidos extra fuertes cada 6 horas) de acetaminofén (Tylenol®) podrían ayudarlo a sentirse mejor.

Es importante no exceder la dosis diaria recomendada de acetaminofén, dado que puede provocar daños hepáticos. Hable sobre este tema con su proveedor de atención médica.

Si cree que su pérdida de memoria está vinculada a los tratamientos de quimioterapia que recibe, las siguientes pautas le ayudarán a saber cuándo llamar a su médico o proveedor de atención médica:

Si tiene fiebre de 100.5 ºF (38 ºC), escalofríos o dolor de garganta (posibles signos de infección si recibe quimioterapia).

Si siente mayor confusión o si sufre "caídas".

Si comienza a sentirse más confunso, tiene problemas para recordar cómo manejar el dinero o pierde la cuenta de los días.

Si tiene mayores dificultades para aprender cosas que generalmente hacía, o se olvida de algo que ha hecho repetidas veces anteriormente.

Si siente que su ritmo cardiaco es rápido o tiene palpitaciones.

Si se siente mareado o aturdido, o siente que se va a desmayar, en especial si la sensación es intensa.


CONVULSIONES PROVOCADAS POR LA QUIMIOTERAPIA

Descripción: una convulsión es un ataque o un espasmo repentino. El cuerpo y el cerebro funcionan gracias a impulsos eléctricos o actividad eléctrica. Las convulsiones se producen cuando ocurre una ola de actividad eléctrica repentina y anormal, lo que hace que se produzcan contracciones nerviosas (contorsiones) o fuertes sacudidas. Las contracciones nerviosas pueden ser livianas o más severas. Las convulsiones tienen diversas causas, entre ellas determinados tratamientos de quimioterapia.

Cada episodio convulsivo puede durar desde segundos hasta minutos.

La actividad de una convulsión puede no ser muy predecible. Pueden estar precedidas por un aura (señal o aviso) o alucinaciones, aunque a muchas personas esto no les sucede.

Puede sufrir una convulsión una vez, y luego no volver a tener un episodio nunca más.

 Síntomas de una convulsión:

Puede notar que una parte de su cuerpo o todo el cuerpo experimenta contracciones o sacudidas. Estas contracciones y sacudidas son involuntarias. Esto puede sucederle en una mano, un pie, los brazos o las piernas.

Puede sentir un espasmo muscular que se extiende por todo el cuerpo. Puede perder el conocimiento.

Puede tener alucinaciones o ver cosas que no estén presentes o no sean reales. Las alucinaciones pueden ser auditivas (lo que significa que puede oír sonidos que no son reales) o visuales (es decir, puede ver cosas que no están allí).

Algunas personas tienen un "aura" antes de las convulsiones. Un aura es una sensación que se produce antes de que comience una convulsión. Puede notar diferentes olores (como el olor de una tostada quemada) u oír determinados ruidos. También puede tener una convulsión sin tener antes un aura.

Es posible que no pueda controlar la vejiga. Puede mojarse o ensuciarse.

Después de una convulsión, puede sentirse "desorientado" o somnoliento.

Las convulsiones son una señal de que puede haber una enfermedad o un problema subyacente, que afecta la actividad cerebral. La quimioterapia por sí sola no ocasiona convulsiones, pero puede provocar afecciones que hagan que una persona esté en mayor riesgo de sufrir una convulsión, por ejemplo: deshidratación debido a náuseas o vómitos no controlados.

Puede estar en riesgo de una convulsión si:

Se le ha diagnosticado cáncer en el cerebro o el sistema nervioso central.

Ha tenido un traumatismo o una lesión en la cabeza recientes.

Tiene niveles bajos de sodio en sangre u otros desequilibrios electrolíticos en la sangre.

Tiene una infección en el cerebro o el sistema nervioso central, como por ejemplo meningitis.

Ha tenido un accidente derrame cerebral o ha sufrido una interrupción del suministro de sangre en el cerebro.

Está sufriendo un síndrome de abstinentes de alcohol o drogas, o actualmente se encuentra intoxicado con alcohol o drogas.

Recibe quimioterapia por vía intratecal o intravesical. La medicación se le administra directamente en la médula espinal o en el cerebro.

Recibe dosis elevadas de determinados agentes quimioterapéuticos (como busulfán para el transplante de médula ósea). El riesgo de sufrir convulsiones provocadas por la quimioterapia usualmente acaba cuando deja de tomarse el medicamento.

Es importante tratar la causa subyacente de las convulsiones, ya sean debidas a medicamentos, una dolencia o su enfermedad. Para diagnosticar qué ha provocado una convulsión, su proveedor de atención médica puede indicarle determinados análisis de sangre y estudios radiológicos. Estos estudios pueden incluir una tomografía computarizada (CT) o una resonancia magnética (MRI) del cerebro, o bien un electroencefalograma (EEG) para medir la actividad cerebral. (Para leer una descripción de cada uno de estos exámenes, ver "Exámenes neurológicos comunes".)

Cómo controlar los síntomas:

Qué puede hacer (el paciente):

Prevención:

Si usted tiene un riesgo mayor de sufrir convulsiones, probablemente querrá hacer lo posible para reducir los riesgos que puede controlar, por ejemplo:

Tomar los medicamentos anticonvulsivos como se los indiquen. Algunos medicamentos anticonvulsivos pueden ser más eficaces cuando sus niveles en el torrente sanguíneo son "satisfactorios" o "terapéuticos". Su médico o proveedor de atención médica puede pedirle análisis sanguíneos periódicos para controlar el nivel del medicamento en sangre.

No se agote canse excesivamente, asegúrese de dormir lo suficiente durante la noche.

Comuníquese con su profesional de atención médica si experimenta efectos secundarios incontrolados de la quimioterapia, como vómitos o diarrea, dado que puede correr el riesgo de sufrir una deshidratación o desequilibrios electrolíticos.

Si ha tenido convulsiones, hayan sido provocadas o no por la quimioterapia, evite el alcohol, las drogas y los medicamentos que puedan interferir con el medicamento anticonvulsivo.

Seguridad:

Si tiene antecedentes de convulsiones, o cree que puede estar en riesgo de sufrir una convulsión debido a su enfermedad, es importante que converse acerca de las señales y los síntomas de las convulsiones con sus amigos, familiares y las personas más cercanas (incluyendo a sus compañeros de trabajo). También puede ser útil que tanta usted como ellos sepan qué hacer durante una convulsión. Si tiene una convulsión:

Asegúrese de que la ropa alrededor del cuello no lo apriete. Puede aflojarse el cuello de la ropa usted mismo, o pueden ayudarlo sus amigos o familiares.

Indíqueles que no deben moverlo durante una convulsión, a menos que esté en riesgo inmediato de lesionarse. Durante una convulsión, tendrá muy poco control sobre sus acciones y podría lastimarse o lastimar a otra persona. En lugar de moverse de sitio, trate de mover lo que esté a su alrededor.

Durante la convulsión, no deben sujetarle. Usted debe poder moverse libremente. Indique a sus amigos y familiares que se aparten.

Si vomita, intente voltear la cabeza a un lado. Esto evitará que se trague sus propias secreciones y se ahogue.

No permita que nadie le coloque nada en la boca. Muchas personas creen que se debe colocar algo en la boca para proteger la lengua de lesiones. De hecho, puede correr mayor riesgo de aspirar lo que le coloquen en la boca que de tragarse la lengua.

Haga que alguien tome nota de cuánto dura la convulsión. Si la convulsión es prolongada, y dura de tres a cinco minutos, pídales que comprueben que usted esté respirando.

Como siempre, si su seguridad está en peligro, es importante solicitar ayuda de urgencia llamando al 911.  

Cómo vivir con convulsiones:

Si está solo, use un brazalete de "alerta médica" todo el tiempo, para poder informar a alguien que tiene antecedentes de convulsiones.

Si tiene antecedentes de convulsiones, no practique actividades de alto riesgo, como bucear o andar en motocicleta. Asimismo, de ser posible, evite trabajar con maquinaria pesada. En su lugar, trate de tener otros pasatiempos o participar en actividades que no lo pongan en una situación de riesgo en caso de sufrir una convulsión. 

Si ha tenido una convulsión, no debería conducir automóviles ni operar maquinarias pesadas de ningún tipo, a menos que no haya sufrido una convulsión durante 6 meses. Siempre debe contar con la autorización de su médico o proveedor de atención médica para realizar estas actividades. 

Si todavía fuma, debe dejar de hacerlo. Converse con su proveedor de atención médica acerca de técnicas que pueden ayudarlo a dejar de fumar.

Participar en grupos de apoyo puede ser útil para hablar con otras personas acerca de lo que usted está enfrentando. Pregunte a su proveedor de atención médica si conoce grupos de apoyo que puedan serle de provecho.

Trate de hacer ejercicio, en la medida que pueda, para mantener su nivel de funcionamiento óptimo. Dé un paseo a pie con un amigo o un familiar como parte de su rutina diaria. Incluso una caminata liviana puede ayudarlo a estimular el flujo de oxígeno en los pulmones y la sangre (oxigenación), lo que lo ayudará a sentirse mejor.

Fármacos que su médico puede recetarle:

El tratamiento de las convulsiones producidas por la quimioterapia y de la actividad relacionada con las convulsiones se basa en el tratamiento de la causa subyacente. Por ejemplo:

Si las convulsiones se deben a la quimioterapia contra el cáncer, es posible que le aporten algún beneficio el uso de terapia de radiación, una cirugía o el uso de esteroides.

Si tiene una infección, lo más probable es que le administren antibióticos.

Si la convulsión se debe a desequilibrios electrolíticos en el torrente sanguíneo, se corregirán dichos desequilibrios.

Si tiene cáncer en el cerebro, es posible que se le administren medicamentos anticonvulsivos o puede que no se le administren, a menos que ya haya tenido una convulsión. Su médico es quien debe decidirlo.

Es posible que lo ingresen en el hospital para darle tratamiento y mantenerlo en observación.

Anticonvulsivos: Existen muchos tipos de fármacos anticonvulsivos o contra las convulsiones disponibles. Éstos incluyen fármacos antiguos y bien estudiados, como la fenitoína (Dilantin®), y fármacos más nuevos, como el levetiracetam (Keppra®).

Muchos fármacos pueden afectar la forma como se absorben algunos fármacos anticonvulsivos; por lo tanto, asegúrese de informar a su profesional de atención médica acerca de todos los medicamentos recetados y de venta sin receta médica que toma, incluyendo los productos a base de hierbas.

Los antiácidos pueden cambiar la forma como se absorben muchos de los medicamentos anticonvulsivos. No tome antiácidos durante dos horas después de haber tomado su medicación anticonvulsiva. Si tiene alguna duda, consulte a su proveedor de atención médica.   

 

Corticosteroides: Los corticosteroides son eficaces para reducir la inflamación (hinchazón) en muchas áreas del cuerpo. Puede estar tomando esteroides si tiene cáncer se ha propagado al cerebro. La inflamación de las áreas donde están los tumores ser la causa de sus convulsiones.

Si cree que sufre convulsiones provocadas por la quimioterapia, las siguientes pautas le ayudarán a saber cuándo llamar a su médico o proveedor de atención médica: 

Si deja de respirar durante una convulsión, pida ayuda de urgencia inmediatamente.

Si tiene una convulsión.

Si las convulsiones son frecuentes, comuníquese con su proveedor de atención médica si se vuelven más frecuentes, empeoran o duran más tiempo.

Si tiene fiebre de 100.5 ºF (38 ºC), escalofríos o dolor de garganta (posibles signos de infección si recibe quimioterapia).

Si se siente más confundido o está más olvidadizo de lo habitual.


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