Dolores Musculares

¿Qué son las mialgias?

Una mialgia se puede definir como un dolor muscular. Las mialgias pueden ser un dolor profundo, constante y sordo, o un dolor agudo y esporádico. Las mialgias suelen ser el resultado de:

  • Medicamentos: Determinados medicamentos de quimioterapia pueden provocar mialgias y dolor articular (artralgias), que suelen terminar al interrumpir el medicamento. Estos pueden incluir terapias biológicas (como interferón o aldesleuquina) o factores de crecimiento (como filgrastim). Determinados tipos de quimioterapia, como paclitaxel, también pueden causar mialgias.
  • Otras causas posibles de mialgias son:
  • Infecciones: Una infección en la sangre, que produce fiebre, puede causar dolor muscular. También puede tener una infección o inflamación de uno de los grupos musculares, que puede provocar dolor.
  • Uso muscular prolongado: Usualmente con el ejercicio o con movimientos a los que el cuerpo no está acostumbrado.
  • Otras afecciones inflamatorias, como fibromialgia (un síndrome caracterizado por dolor muscular generalizado, falta de sueño, cefaleas y depresión) o polimialgia reumática (PMR).

¿Cuáles son algunos de los síntomas del diagnóstico de las mialgias?

  • Puede tener dolor muscular en un área localizada o el dolor puede ser más generalizado. El dolor puede ser sordo o agudo.
  • Este dolor puede ser leve o severo. El dolor puede durar unos pocos minutos o ser constante. 
  • Puede tener fiebre o escalofríos, si tiene una infección
  • Puede tener dolor muscular y articular.
  • Puede sentirse demasiado cansado o muy débil (fatigado). Es posible que le cueste realizar cualquier actividad normal.
  • Puede sentirse deprimido si el dolor es constante

Qué puede hacer para reducir al mínimo los efectos de las mialgias:

Escriba un diario con registros del dolor. Si experimenta dolor por cualquier motivo, su proveedor de atención médica le hará determinadas preguntas para determinar la causa del dolor. Se puede incluir:

  • Inicio: ¿Cuándo comenzó el dolor? ¿Qué estaba haciendo cuando comenzó el dolor? 
  • Calidad: ¿Cómo es el dolor? ¿Se siente como una puntada y es agudo, o es sordo y constante? 
  • Ubicación: ¿Dónde siente el dolor? ¿Puede señalar el lugar exacto donde lo siente, o abarca todo un área? 
  • Intensidad ¿Cuán grave es el dolor todo el tiempo? ¿Cuán intenso es cuando realiza determinadas actividades que le hacen sentir dolor, en una escala del 1 a 10, donde el número "10" es el mayor dolor que puede imaginar? 
  • Duración: ¿Cuánto tiempo duró el dolor? ¿Duró sólo hasta que llegó a la puerta, o siguió sintiéndolo durante un tiempo?
  • Carácter: ¿el dolor aparece y desaparece cada vez que realiza determinada actividad, o es impredecible?
  • Factores aliviantes: ¿Qué puede hacer para que el dolor desaparezca? ¿Hay algo que lo alivie? ¿Qué ha usado anteriormente que le haya dado buenos resultados? ¿Sigue dándole buenos resultados? 
  • ¿Cuál es su estado de ánimo? ¿está deprimido o siente ansiedad? ¿Eso hace que el dolor aumente?

Si no se le ha realizado un diagnóstico del dolor, su proveedor de atención médica puede indicarle determinadas pruebas o exámenes según el dolor. Estos pueden incluir radiografías, gammagrafías por TAC, estudios óseos o gammagrafías óseas o una IRM. Su proveedor de atención médica puede indicarle exámenes que sean indicados para usted.

Si ya tiene un origen o causa del dolor, ya sea la quimioterapia u otra causa, es importante que siga las recomendaciones del proveedor de atención médica. Además, registre el dolor y el progreso en un diario.

Mantenga el movimiento intestinal. Las personas doloridas tienden a desplazarse menos, beber menos líquidos y estreñirse debido a los analgésicos que disminuyen el movimiento de los alimentos en el estómago. Esto se trata fácilmente al: 

  • Aumentar la ingesta diaria de frutas frescas y fibra. Las ciruelas secas y su jugo pueden funcionar el algunas personas. Es importante que mueva el intestino a diario.
  • Si no lo hace todos los días, su proveedor de atención médica puede prescribirle ablandadores de heces y laxantes para ayudar a prevenir el estreñimiento. Diseñe junto con su proveedor de atención médica un régimen adecuado para usted. 
  • Beba de 2 a 3 cuartos de líquido cada 24 horas, a menos que se le haya indicado restringir la ingesta de líquidos. De esta manera se reducirán las posibilidades de deshidratación, que puede producir estreñimiento.
  • Si puede, aumente la actividad.
  • Puede ser necesario que las personas con dolor que no practiquen respiración profunda hagan circular el aire desde el fondo de los pulmones hacia fuera (oxigenación), para prevenir desarrollar una infección y neumonía. Usar un espirómetro de incentivo durante 15 minutos, dos veces al día, puede ayudar a promover la oxigenación.
  • La terapia física es importante. Intente ejercitar, lo que tolere, para mantener su nivel de funcionamiento óptimo. El ejercicio, en las personas con problemas óseos, ayudará a promover el fortalecimiento y la remodelación ósea (reparación). Converse con su proveedor de atención médica acerca de cómo crear un programa de ejercicio específico que se adapte a sus necesidades. Asegúrese de ejercitar bajo la supervisión de su proveedor de atención médica. Caminar, nadar o una actividad aeróbica suave puede ayudarlo a bajar el peso y a promover el flujo de oxígeno en los pulmones y la circulación (oxigenación).
  • Si tiene dolor de espalda, o dolor debido a problemas óseos, el uso de apoyos o dispositivos de asistencia (como andadores o bastones) puede resultar útil.
  • Si puede ubicar el dolor, especialmente si es muscular, las compresas calientes pueden ser útiles. Los baños calientes también pueden ser útiles para aliviar los dolores musculares. 
  • Terapia ocupacional (TO): En TO se le puede enseñar la manera de realizar las tareas que normalmente realiza, de manera más efectiva. 
  • Las personas con dolor constante con frecuencia pueden sentirse sumamente cansadas. Para reducir al mínimo el cansancio extremo (fatiga) debido al dolor o a la quimioterapia para el cáncer: 
  • Debe preguntarse: ¿Tengo fatiga? De ser así, ¿cuál es la gravedad en una escala del uno al diez? ¿Está afectando mi funcionamiento?
  • Es importante estimar el valor de determinadas actividades. 
  • Si se siente ansioso, use técnicas de relajación para reducir la ansiedad. Ubíquese en un ambiente tranquilo y cierre los ojos. Respire lenta, continua y profundamente, e intente concentrarse en lo que anteriormente lo relajaba. Esto se llama terapia conductual.
  • Participar en grupos de apoyo puede ser útil para conversar con otras personas sobre lo que usted está atravesando. Pregunte a su proveedor de atención médica si conoce grupos de apoyo que puedan resultarle beneficiosos.
  • Si se le indica un medicamento para tratar este trastorno:
  • No interrumpa los medicamentos, a menos que se lo indique su proveedor de atención médica. 
  • Tome el medicamento exactamente como se le indicó. 
  • No comparta sus pastillas. 
  • Muchos medicamentos para el dolor pueden hacerlo sentirse mareado o somnoliento. No opere maquinaria pesada a menos que sepa cómo lo afectará el medicamento. 
  • Los antiácidos, como Mylanta®, Pepcid®, NexiumTM y otros pueden cambiar la forma de absorción de muchos medicamentos. Si tiene alguna pregunta específica en relación con los medicamentos que se le han indicado, consulte con su proveedor de atención médica. 
  • Si se olvida de tomar una dosis de su medicamento, consulte qué hacer a su proveedor de atención médica. 
  • Si experimenta síntomas o efectos secundarios, en especial si son severos, asegúrese de tratarlos con su equipo de atención médica. Ellos pueden prescribir medicamentos y ofrecer otras sugerencias que sean efectivas para tratar esos problemas.
  • Cumpla con todas sus citas de tratamiento.

Fármacos que su médico puede prescribir para reducir al mínimo los efectos de las mialgias:

Si el dolor muscular fue provocado por un medicamento o tratamiento, interrumpir dicho medicamento puede aliviar la molestia. 

Si experimenta mialgias, según su estado de salud general, su médico puede recomendarle determinados fármacos que pueden ayudarlo a reducir el dolor muscular. Algunos fármacos que comúnmente se usan para tratar el dolor incluyen:

  • Antibióticos: Si su médico o proveedor de atención médica cree que tiene una infección que ha provocado el dolor muscular, puede indicarle antibióticos en comprimidos o intravenosos (IV). Si se le prescriben antibióticos, tómelos todos. No deje de tomarlos una vez que se siente mejor.
  • Antidepresivos: Se usan para tratar la depresión y el dolor en adultos. Las personas con dolor durante un período de tiempo prolongado (crónico) pueden sentirse cansadas y deprimidas.
  • Cuando se activan determinadas señales nerviosas empeoran el dolor y provocan más depresión. La serotonina y la norepinefrina con conductores importantes de las señales nerviosas (neurotransmisores), que se encuentran en el sistema nervioso central (SNC). Los lugares en que estos neurotransmisores funcionan son sumamente importantes. Estos contribuyen con la depresión. 
  • Los medicamentos, como la venlafaxina (Effexor®) actúan al bloquear la "recaptación" de los neurotransmisores serotonina y norepinefrina, disminuyendo los síntomas depresivos.
  • Corticosteroides : Los corticosteroides actúan al disminuir la inflamación (hinchazón) en muchas partes del cuerpo. Los corticosteroides previenen las infecciones, evitan que los glóbulos blancos (leucocitos polimorfonucleares) de desplacen hacia el área de inflamación en el cuerpo. Esto significa que usted es más propenso a las infecciones mientras recibe corticosteroides.
  • Se le pueden indicar corticosteroides si las mialgias son el resultado de una inflamación. 
  • Los corticosteroides reducirán la inflamación en las áreas donde se ubican los tumores, lo cual puede disminuir la presión del tumor sobre las terminaciones nerviosas y el dolor.
  • Narcóticos: El sistema nervioso central (SNC) sirve para que el cerebro envíe mensajes al cuerpo en forma oportuna. Es sumamente alerta, en especial cuando experimentamos dolor. Muchos analgésicos narcóticos (medicamentos para el dolor), como el sulfato de morfina y la oxicodona, bloquean estos mensajes.
  • Asegúrese de conversar con su proveedor de atención médica acerca de los efectos secundarios comunes, como estreñimiento, somnolencia, náuseas y vómitos, y cómo controlar estos efectos secundarios.
  • Los agentes antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) y el Tylenol ®, como el naproxeno sódico y el ibuprofeno, pueden proporcionar alivio del dolor musculoesquelético.
  • Si debe evitar los fármacos NSAID, debido a su tipo de cáncer o a la quimioterapia que recibe, el acetaminofén (Tylenol®) en dosis de hasta 4000 mg diarios (dos comprimidos extra fuertes cada 6 horas) puede servir de ayuda.
  • Es importante no exceder la dosis diaria recomendada de Tylenol®, dado que puede provocar daño hepático. Hable sobre este tema con su proveedor de atención médica.
  • Su proveedor de atención médica conversará con usted acerca de los tratamientos que son útiles para usted.
  • No interrumpa los medicamentos abruptamente, dado que pueden suceder efectos secundarios graves.

Si cree que sufre mialgias como resultado de la quimioterapia, las siguientes guías sugieren cuándo llamar al médico o proveedor de atención médica:

  • Si los síntomas empeoran o no mejoran después de 2 días de tratamiento.
  • Si sospecha de:
  • Compresión de la médula espinal: La médula espinal controla el movimiento, la sensibilidad y otras funciones importantes. Cuando se comprime la médula espinal y sus nervios, es posible que se desarrolle hinchazón (edema) y pueden ocurrir complicaciones graves, que pueden ser permanentes. Si observa:
  • Un dolor alrededor de la cintura o el tórax (radicular)
  • Un nuevo dolor en la espalda cada vez más severo
  • Entumecimiento y hormigueo en las piernas
  • Debilidad y disminución de la sensibilidad de las extremidades inferiores
  • Incapacidad de controlar el intestino y la vejiga.
  • ¡Infórmelo a su médico de inmediato! Si los síntomas empeoran o no mejoran después de 2 días de tratamiento
  • Hipercalcemia: Se la conoce como un aumento en la concentración de calcio. Cuando la concentración de calcio en sangre es muy elevada, pueden suceder determinados problemas. Los síntomas de hipercalcemia pueden incluir:
  • Micción frecuente.
  • Falta de apetito.
  • Náuseas y vómitos.
  • Estreñimiento.
  • Debilidad excesiva y fatiga.
  • Espasmos musculares.
  • Confusión o cambios en el comportamiento.
  • Si nota estos síntomas, infórmelo a su proveedor de atención médica de inmediato. 

Nota: Insistimos en recomendarle que hable con su profesional de atención médica acerca de cualquier dolor que experimente, ya sea que cree que la quimioterapia es la causa o no. También insistimos en recomendarle que hable acerca de su afección médica y sus tratamientos específicos. La información incluida en este sitio Web tiene como propósito ser útil e instructiva, y en ningún caso debe considerarse un sustituto del asesoramiento médico. 

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