Fatiga y fatiga relacionada con el cáncer

   

¿Qué es la fatiga?

La fatiga puede confundirse con el cansancio. Todas las personas se cansan. De hecho, es una sensación que cabe esperar después de determinadas actividades o al final del día. Por lo general, sabemos por qué estamos cansados y una buena noche de sueño resuelve el problema. La fatiga es menos precisa, la relación entre la causa y el efecto no es tan clara. Es la ausencia diaria de energía; un cansancio inusual o excesivo que se siente en todo el cuerpo y que no se alivia durmiendo. Puede ser aguda (durar un mes o menos) o crónica (durar de 1 a 6 meses, o más tiempo). La fatiga puede tener un gran efecto negativo sobre la capacidad de una persona para funcionar y sobre su calidad de vida.

¿Qué es la fatiga relacionada con el cáncer?

La fatiga relacionada con el cáncer (CRF, por sus siglas en inglés, o a veces sencillamente "fatiga debida al cáncer") es uno de los efectos secundarios más comunes del cáncer y de sus tratamientos. A menudo se la describe como "paralizante". Usualmente, aparece de forma repentina, no como resultado de una actividad o de un esfuerzo, y no se alivia con el descanso o el sueño. Puede que no cese, incluso después de finalizar el tratamiento. 

¿Cuáles son las causas de la fatiga debida al cáncer?

Se desconoce la causa exacta de la fatiga debida al cáncer. Puede estar relacionada con el proceso de la enfermedad y los tratamientos, incluyendo la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. Los siguientes son los tratamientos contra el cáncer comúnmente asociados a la fatiga debida al cáncer:

  • Quimioterapia: Los fármacos de quimioterapia pueden provocar fatiga. Ésta se manifiesta de diferentes maneras dependiendo de cada persona. Hay quienes dicen que dura un par de días. Otros sienten que la la fatiga debida al cáncer persiste durante todo el tratamiento y después de finalizarlo. Los fármacos como la vincristina, la vinblastina y el cisplatino suelen provocar fatiga debida al cáncer.
  • Radioterapia: La radioterapia puede provocar fatiga acumulada (una fatiga que aumenta con el paso del tiempo). Esto sucede independientemente de la zona que recibe el tratamiento. La fatiga por lo general dura hasta 3 ó 4 semanas después de finalizar el tratamiento, pero también puede durar hasta 2 ó 3 meses.
  • Transplante de médula ósea: Esta forma agresiva de tratamiento puede provocar fatiga durante hasta un año.
  • Tratamiento biológico: Las citocinas son proteínas celulares naturales, como los interferones y las interleucinas, que normalmente liberan los leucocitos en respuesta a una infección. Estas citocinas transportan información que regula otros elementos del sistema inmunitario y del sistema endocrino. En grandes cantidades, estas citocinas pueden ser tóxicas y provocar fatiga persistente.

Otros factores que pueden contribuir con la fatiga relacionada con el cáncer incluyen:

  • Anemia. Puede sufrir anemia debido al descenso del número de células sanguíneas que causan los tratamientos, lo cual afecta la capacidad de la sangre de transportar oxígeno (hemoglobina). Aproximadamente 7 de 10 pacientes experimentan anemia durante la quimioterapia.
  • Tratamiento combinado. Los pacientes que reciben más de un tratamiento de forma simultánea o uno después del otro pueden sufrir una mayor fatiga debida al cáncer.
  • Estado "hipermetabólico" causado por un tumor. Las células tumorales compiten por los nutrientes, a menudo a expensas del crecimiento y el metabolismo de las células normales. En esta situación, la pérdida de peso y de apetito, así como la fatiga, son consecuencias frecuentes.
  • Disminución de la nutrición debido a los efectos secundarios de los tratamientos (es decir, náuseas, vómitos, llagas en la boca, alteraciones en el sentido del gusto, acidez estomacal y diarrea).
  • Hipotiroidismo. Si la glándula tiroidea tiene menor actividad, el metabolismo puede hacerse más lento, de manera tal que el cuerpo no consume los alimentos lo suficientemente rápido como para proporcionar la energía adecuada. Ésta es una afección frecuente en general, aunque también puede ocurrir después de recibir radioterapia en los nódulos linfáticos del cuello.
  • Los medicamentos que se usan para tratar los efectos secundarios como las náuseas, el dolor, la depresión, la ansiedad y las convulsiones pueden contribuir a la fatiga debida al cáncer.
  • Dolor. Las investigaciones demuestran que el dolor crónico intenso aumenta la fatiga.
  • Muchos pacientes intentan mantener su rutina y seguir realizando sus actividades diarias normales durante los tratamientos. Es posible que deban hacerse algunas modificaciones para conservar las energías.
  • El estrés puede agravar la sensación de fatiga. Esto incluye cualquier tipo de estrés: desde el que produce tener que enfrentar la enfermedad y lo desconocido, hasta el estrés que conlleva preocuparse por los logros diarios o por no cumplir con las expectativas de los demás.
  • La depresión y la fatiga suelen ir de la mano. Puede no estar claro cuál de las dos comenzó primero. Los familiares también pueden estar confundidos. Una manera de aclararlo es intentar comprender en qué medida el problema se debe a los sentimientos de depresión. ¿Está deprimido todo el tiempo? ¿Estaba deprimido antes del diagnóstico de cáncer? ¿Le preocupa sentir que no vale nada o que es inútil? Si las respuestas a estas preguntas son afirmativas, es posible que necesite tratamiento para la depresión. 

Combatir la fatiga debida al cáncer:

La mejor manera de combatir la fatiga es tratar la causa subyacente. Desafortunadamente, la causa exacta puede ser desconocida o puede haber múltiples causas. Existen algunas actuaciones médicas que pueden ayudarlo a combatir algunas causas, como la anemia o el hipotiroidismo. Otras causas debe combatirlas usted mismo. A continuación, le damos algunos consejos prácticos que puede utilizar para combatir la fatiga: ahorro de energías, nutrición, ejercicio y manejo del estrés.

Evaluación de la fatiga relacionada con el cáncer:

  • Piense en sus reservas de energía personales como un "banco". Los depósitos y los retiros deben hacerse en el transcurso del día o de la semana de manera tal de garantizar que exista un equilibrio entre la conservación, el restablecimiento y el gasto de energía.
  • Escriba un diario durante una semana para identificar en qué momento del día se siente más fatigado o tiene más energía. Tome nota de lo que considere que pueden ser los factores que contribuyen a que usted se sienta así. 
  • Preste atención a los signos de advertencia de fatiga inminente debida al cáncer: cansancio visual, cansancio en las piernas, cansancio en todo el cuerpo, rigidez en los hombros, disminución o falta de energía, incapacidad para concentrarse, debilidad o malestar, aburrimiento o falta de motivación, sueño, mayor irritabilidad, nerviosismo, ansiedad o impaciencia.

Ahorro de energías durante la fatiga debida al cáncer:

Planifique con anticipación y organice su trabajo:

  • Cambie el lugar donde guarda los productos que utiliza, para acortar las distancias a la hora buscarlos.
  • Delegue tareas cuando sea necesario.
  • Combine movimientos y actividades y simplifique los detalles.

Programe descansos:

  • Combine de forma equilibrada períodos de trabajo y de descanso.
  • Descanse antes de llegar a sentirse fatigado.
  • Los descansos cortos y frecuentes son convenientes.

Controle su propio ritmo:

  • Hacer sus actividades a un ritmo moderado es mejor que hacerlas corriendo.
  • Reduzca los esfuerzos repentinos o prolongados.
  • Alterne el tiempo que pasa sentado y de pie.

Practique una mecánica funcional del cuerpo correcta para combatir la fatiga debida al cáncer:

  • Cuando se siente, hágalo en una silla que le ofrezca un buen apoyo.
  • Ajuste las alturas para trabajar; no trabaje inclinado.
  • Al agacharse, doble las rodillas y las caderas, no la espalda.
  • Si necesita llevar cosas de un lugar a otro, haga varios viajes con cargas más pequeñas o utilice un carrito.

Restrinja el trabajo que deba hacer por encima de la altura de su cabeza:

  • Utilice herramientas con el mango largo.
  • Guarde los productos que utiliza a menor altura.
  • Delegue actividades.

Restrinja el trabajo isométrico:

  • Respire de manera uniforme; no contenga la respiración.
  • Utilice prendas de vestir cómodas que le permitan respirar con libertad y fácilmente.

Identifique los efectos de su ambiente que puedan provocarle fatiga relacionada con el cáncer:

  • Evite las temperaturas extremas.
  • Elimine el humo o los gases tóxicos.
  • Evite tomar duchas o baños calientes y prolongados.

Asigne prioridades:

  • Decida cuáles son las actividades que considera importantes y cuáles puede delegar.
  • Invierta sus energías en las tareas importantes.

Nutrición para combatir la fatiga debida al cáncer:

La fatiga relacionada con el cáncer a menudo empeora si no se alimenta lo suficiente o si no consume los alimentos adecuados. Mantener una buena nutrición puede ayudarlo a sentirse mejor y a tener más energía en general. A continuación, se recomiendan estrategias para ayudarlo a mejorar su nutrición:

Necesidades calóricas básicas:

  • La necesidad calórica estimada para una persona con cáncer es de 15 calorías por libra de peso, si su peso ha sido estable. Si ha perdido peso, agregue 500 calorías diarias. 
  • Por ejemplo: una persona que pese 150 libras necesita aproximadamente 2250 calorías diarias para mantener su peso.

Las proteínas reconstruyen y reparan los tejidos dañados (y afectados por el envejecimiento normal) del cuerpo:

  • La cantidad estimada de proteínas necesarias es de 0.5 - 0.6 gramos de proteína por libra de peso corporal.
  • Por ejemplo: una persona que pese 150 libras necesita 75-90 gramos de proteínas diarias.
  • Las mejores fuentes de proteínas incluyen los alimentos lácteos (8 oz de leche = 8 gramos de proteínas) y las carnes (carne de res, de pescado o de ave = 7 gramos de proteínas por onza).

Necesidad de líquidos:

  • Para evitar la deshidratación, es necesario tomar diariamente un mínimo de 8 vasos de líquido (es decir, 64 onzas, dos cuartos de galón o medio galón).
  • Los líquidos pueden incluir jugos, leche, caldo, batidos, gelatina Jello® y otras bebidas. Por supuesto, el agua también cuenta.
  • NO cuentan las bebidas que contienen cafeína.  
  • En caso de pérdida de líquidos debido a un exceso de vómitos o diarrea necesitará tomar más líquido.

Suplementos vitamínicos:

  • Los suplementos vitamínicos son una buena idea si no está seguro de que los nutrientes que consume en su dieta sean suficientes.
  • Un suplemento recomendado sería un multivitamínico que proporcione al menos 100% del consumo diario recomendado (RDA, por sus siglas en inglés) de la mayoría de los nutrientes.
  • Los suplementos vitamínicos no proporcionan calorías, que son fundamentales para la producción de energía. Por lo tanto, las vitaminas no pueden sustituir el consumo adecuado de alimentos.

Función de un dietista para combatir la fatiga debida al cáncer:

  • El dietista proporciona recomendaciones para resolver los síntomas alimentarios que puedan estar afectando su consumo adecuado de alimentos (es decir, sensación de saciedad temprana, dificultades para tragar o alteraciones del sentido del gusto).
  • Asimismo, el dietista puede sugerirle formas de obtener el máximo de calorías y proteínas con porciones más pequeñas de comida (es decir, leche fortificada, bebidas instantáneas para el desayuno y otros suplementos comerciales o aditivos alimenticios).

La fatiga relacionada con el cáncer y el ejercicio:

La disminución de la actividad física, que puede ser el resultado de la enfermedad o del tratamiento, puede producir cansancio y falta de energía. Los investigadores han determinado que hasta los atletas saludables que se ven obligados a guardar reposo durante períodos de tiempo prolongados en cama o sentados desarrollan ansiedad, depresión, debilidad, fatiga y náuseas. Hacer regularmente un ejercicio moderado puede prevenir estas sensaciones y ayudar a que una persona se sienta con energía y permanezca activa. Incluso durante el tratamiento contra el cáncer, a menudo es posible continuar haciendo ejercicio.

Beneficios del ejercicio:

  • Disminuye la presión arterial
  • Mejora la capacidad de bombeo del corazón
  • Brinda una sensación de mayor energía y de menor fatiga
  • Aumenta la resistencia
  • Fortalece los tendones, los ligamentos, las articulaciones y los huesos
  • Disminuye el dolor o la rigidez, o las articulaciones artríticas
  • Contribuye a que se tenga una actitud más positiva y reduce la presión y tensión
  • Mejora los patrones de sueño
  • Aumenta el apetito

¿Qué tipo de ejercicio es adecuado?

  • Un buen plan de ejercicios comienza lentamente, para dar al cuerpo tiempo para adaptarse.
  • Es importante que haga algo para ejercitar todo el cuerpo regularmente. "Regularmente" significa todos los días o, por lo menos, dejando un día.
  • El tipo de ejercicio adecuado es aquél que nunca lo hace sentirse adolorido, entumecido o agotado.
  • Cualquier tipo de ejercicio es bueno. Caminar, montar bicicleta fija o nadar (si su sistema inmunitario está bien) son ejemplos de tipos de ejercicio.

¿Qué tipo de ejercicio es inadecuado?

  • Ejercitarse ocasionalmente y hacerlo en gran cantidad o con demasiada rapidez puede ser incluso más peligroso que no hacerlo nunca.
  • Si siente dolor, rigidez, agotamiento, o le falta el aire debido al ejercicio, es probable que se esté exigiendo demasiado. 

Manejo del estrés:

El manejo del estrés puede desempeñar una función importante en la lucha contra la fatiga. A continuación, se ofrecen algunas sugerencias:

  • Adapte sus expectativas. Por ejemplo, si tiene una lista de diez cosas que desea lograr hoy, redúzcala a dos objetivos y deje el resto para otros días. La sensación de logro es muy importante para reducir el estrés. 
  • Ayude a que otros lo comprendan y lo apoyen. Los familiares y amigos son de ayuda si pueden "ponerse en su lugar" y comprender lo que la fatiga significa para usted. Los grupos de apoyo para el cáncer pueden ser otra forma de apoyo. Otras personas con cáncer verdaderamente comprenden lo que le está pasando.
  • Las técnicas de relajación como las cintas de audio que enseñan técnicas de respiración profunda o visualización pueden ayudar a reducir el estrés y minimizar la fatiga debida al cáncer.
  • Las actividades que desvían su atención de la fatiga también pueden ser útiles. Por ejemplo, actividades tales como tejer, leer o escuchar música requieren poca energía física y exigen atención.
  • Si su estrés parece estar fuera de control, hable con un proveedor de atención médica. Él está allí para ayudarlo.


Hable con sus proveedores de atención médica:

Aun cuando la fatiga debida al cáncer es un efecto secundario común, y a menudo previsible, del cáncer y sus tratamientos, usted debe sentir que puede hablar sobre estos sentimientos con las personas que le brindan atención. Hay ocasiones en las que la fatiga puede ser una pista relacionada con un problema médico subyacente. Otras veces, es posible que los médicos puedan actuar para ayudarlo a controlar algunas de las causas de la fatiga. Finalmente, puede haber otras recomendaciones más específicas para su situación que puedan ayudarlo a combatir la fatiga. Informe a su médico o enfermera si experimenta algunos de los siguientes síntomas:

  • Fatiga que limita su capacidad para cuidar de sí mismo.
  • Aumento de la dificultad para respirar al hacer un mínimo esfuerzo.
  • Dolor incontrolado.
  • Incapacidad para controlar los efectos secundarios de los tratamientos (es decir, náuseas, vómitos, diarrea o pérdida del apetito).
  • Ansiedad o nerviosismo incontrolables.
  • Depresión permanente.

Qué puede recomendarle su proveedor de atención médica para la fatiga relacionada con el cáncer:

El primer paso para tratar la fatiga es saber que el problema existe. Muchas personas no se molestan en mencionar la fatiga a sus médicos porque creen que es normal. Es fundamental que converse con su proveedor de atención médica sobre este síntoma y todos los demás síntomas o efectos secundarios. Sólo así será posible dedicar esfuerzos a determinar la causa del problema y recetarle el tratamiento apropiado. Su régimen de tratamiento del cáncer en particular, con sus efectos secundarios conocidos, puede servir para proporcionar claves a su médico o profesional de atención médica. Por ejemplo, un simple análisis de sangre puede servir para determinar si tiene anemia. 

No hay un solo medicamento disponible para tratar la fatiga. Sin embargo, hay medicamentos disponibles que sirven para tratar algunas de las causas subyacentes. Asegúrese de hablar con su profesional de atención médica si se siente fatigado.

Nota: Insistimos en recomendarle que hable con su profesional de atención médica acerca de su enfermedad y sus tratamientos específicos. La información incluida en este sitio Web acerca de la fatiga debida al cáncer tiene como propósito ser útil e instructiva, y en ningún caso debe considerarse un sustituto del asesoramiento médico.

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